Seguro que os habréis fijado en la gran cantidad de términos que existen para hablar tanto de cosmética ecológica, como natural. Con tanta mezcla de conceptos es fácil confundirnos, por eso en esta entrada del blog, vamos a repasar brevemente las diferencias y similitudes que existen entre ellos. 1. Qué significa “NATURAL” Cuando hablamos de cosmética natural, nos referimos a aquella que ha sido fabricada con ingredientes extraídos directamente de la naturaleza. Pero el hecho de que en la publicidad de un producto se afirme que es natural, no quiere decir que realmente lo sea. Claro que puede llevar algunos ingredientes naturales, pero lo más importante es si la cantidad que contiene es suficiente como para que sea efectivo, y que además estos ingredientes no hayan sido contaminados con tóxicos perjudiciales para la salud. En cosmética aún no existe ninguna legislación que regule los productos naturales y ecológicos, por eso algunas empresas lo aprovechan para utilizar dichos términos únicamente como reclamo publicitario y sacar la máxima rentabilidad económica a productos que en realidad poco tienen de “naturales”. Entonces ¿cómo podemos distinguir un producto realmente natural de otro que no lo es? Tenemos dos opciones: aprender a descifrar las etiquetas de cada producto que compramos, o bien fijarnos en sus certificados. 2. ¿QUÉ SON LOS CERTIFICADOS? Un certificado es una garantía que nos ayuda a elegir los cosméticos en base a una información mucho más transparente y veraz. Son otorgados por organismos independientes que han surgido en los distintos países como respuesta a la ausencia de legislación, y su misión es la de clasificar la cosmética natural o ecológica en torno a unos criterios comunes. No son obligatorios, pero pueden ayudarnos mucho a la hora de decantarnos por un producto u otro. Para poder conseguir un certificado, un cosmético tiene que cumplir una serie de requisitos: contener un porcentaje muy alto de ingredientes de origen natural, no tener en su composición químicos sobre los que existan dudas acerca de sus efectos en la salud o el medioambiente, no haber sido testados en animales, y el uso de procesos de elaboración y transformación respetuosos con el medioambiente. (Estos son solo algunos de los requisitos que suelen ser comunes a todos los certificados, pero hay muchos más, y cada organismo certificador puede añadir los suyos). * Si quieres más información sobre los certificados, haz click aquí. 3. NATURAL / ECOLÓGICO: Una vez superados todos los requisitos, los cosméticos pueden ser clasificados en función de la cantidad de ingredientes ecológicos que contengan, en: naturales o ecológicos. Para ser certificados como ecológicos, deben contener un alto porcentaje (alrededor del 95%) de ingredientes vegetales provenientes de la agricultura ecológica. Para ser certificados como naturales, se requiere que tengan un alto porcentaje de ingredientes naturales, pero no se exige un porcentaje tan alto de ingredientes vegetales ecológicos. Este suele ser del 50% (aunque varía según el certificado, y puede aparecer especificado en la etiqueta de cada producto). 4. BIO = ECOLÓGICO = ORGÁNICO: ¡SON LO MISMO! ¿Y qué pasa con otros términos como: bio, ecológico y orgánico? Pues ni más ni menos, ¡que significan lo mismo! Lo único que cambia es la elección que se hace en cada país: “Bio” es más usado en Francia, “Orgánico” en Reino Unido, y “Ecológico” en España (aunque en España también solemos utilizar cualquiera de los tres). En nuestro caso, preferimos utilizar más el término “ecológico“, porque hace referencia a una ideología, el ecologismo, que no solo se ciñe a un aspecto concreto de la vida, sino que es una filosofía que engloba todas las relaciones que establecemos con nuestro entorno. Pues hasta aquí el post de hoy, esperamos que os haya gustado y que nos dejéis vuestra opinón en los comentarios 🙂 ¡Hasta la próxima!